Los tribunales australianos exploran el concepto de criptomoneda como propiedad
El Tribunal de Distrito de Nueva Gales del Sur permitió el uso de criptomonedas como garantía en litigios comerciales.
¿Podrían las criptodivisas ser considerada como propiedad en un futuro? Un tribunal australiano abrió la puerta a esta realidad al permitir que un demandante pagara en criptomoneda los costos asociados al litigio.
El litigio comercial establece que la parte que no tuvo éxito en la disputa generalmente paga los costos legales incurridos por la parte ganadora. Si hay inquietudes con respecto a la capacidad de pago del demandante, el demandado puede enviar una solicitud pidiendo que se ingrese una cantidad específica de dinero en una cuenta de fideicomiso donde permanecerá hasta el final del litigio. Además del pago directo, también podría ser una garantía bancaria.
En Hague v Cordiner (No. 2) [2020] NSWDC 23, el juez del Tribunal de Distrito de Nueva Gales del Sur permitió que el demandante utilizara sus reservas de criptomonedas como garantía.
El juez también requirió que el demandante proporcionara estados de cuenta bancarios a los abogados del demandado de manera regular y que les notificara dentro en un lapso de veinticuatro horas si las reservas digitales caían por debajo del monto de la garantía.
A pesar de que esta decisión se originó en un tribunal de primera instancia, es un paso significativo hacia el establecimiento de lo que las criptomonedas son y no son capaces de hacer dentro del marco legal y, particularmente, si pudieran ser consideradas como propiedad.
El 8 de abril de 2020, el Tribunal Superior de Nueva Zelanda sostuvo que las criptomonedas son “una forma de propiedad intangible” debido a tres características:
- La clave pública que registra la unidad monetaria
- La clave privada adjunta a la clave pública correspondiente
- La nueva clave privada generada después de la transferencia de una moneda
Estas características indican que la criptomoneda tiene una definición, como lo indica la clave pública. Además, es lo suficientemente estable y controlada para ser calificada como propiedad y para crear un mercado.
La industria de las criptodivisas adolece de una falta de regulación. Si bien se pueden comprar y vender con dinero tradicional, las plataformas no están reguladas y no hay garantías contra débitos a la billetera digital que sean incorrectos o no autorizados. Además, los usuarios permanecen relativamente anónimos en el sistema de criptomonedas y no existe un banco central de datos que pueda ofrecer recursos si se roban monedas digitales o tokens de una ICO.
Los reguladores continúan trabajando duro para la integración de las criptomonedas, lo cual es alentador para todos nosotros.