El gobierno británico busca limitar el riesgo de las monedas estables
El gobierno británico quiere abordar los riesgos de, entre otras cosas, las monedas estables. Eso no es sorprendente, dado el caos que ha causado la moneda estable de Terra (UST). Un documento emitido por el Departamento del Tesoro del Reino Unido establece que los “regímenes regulatorios” existentes se pueden aplicar a los instrumentos de pago digitales no regulados.
Gestión de riesgos
En el nuevo documento, publicado el martes, el ministerio propuso utilizar los regímenes regulatorios existentes para mitigar los riesgos que plantean las monedas estables y otras criptomonedas. El documento comenzó con una nota positiva. Es decir, reiterando el compromiso del gobierno del Reino Unido con la criptoinnovación. Además, también se destacó que las monedas estables deben ser reconocidas por ley.
Si bien el colapso de la UST probablemente jugó un papel importante en la creación de este documento, no se menciona en ninguna parte. Terra y el LUNA que lo acompaña también se omiten de este plan. El ministerio sí habla en el documento de “gestionar los riesgos asociados con la quiebra de una empresa de monedas estables de importancia sistémica”. Esto es muy similar a UST.
“Los eventos en los mercados de criptoactivos han resaltado aún más la necesidad de una regulación adecuada para ayudar a mitigar los riesgos para los consumidores, la integridad del mercado y la estabilidad financiera”.
¿Qué son estos llamados ‘regímenes regulatorios’?
Estas reglas se conocen en el Reino Unido como Regímenes de Administración Especial (SAR). Estos SAR proporcionarían al Banco de Inglaterra una supervisión regulatoria sobre los organismos que emiten monedas estables. En ese caso, podrán comprobar si el sistema de estas stablecoins es estanco. Estos SAR también garantizarían que las empresas siempre trabajen en el mejor interés de sus clientes (y del resto de la población).
El documento describe dos SAR diferentes que pueden aplicarse a las monedas estables, pero no se tomará una decisión final hasta más adelante. El expediente pide retroalimentación, con fecha límite el 2 de agosto. Ya existe una preferencia: el Régimen Especial de Administración de Infraestructura (FMI SAR). Sería adecuado abordar los riesgos derivados de la quiebra de este tipo de empresas.